El desarrollo tecnológico y científico de los musulmanes hispanoárabes les permitió adoptar y adaptar diversos medios y recursos técnicos para la prospección, captación, elevación, almacenamiento, distribución y uso de aguas, que propiciaron el desarrollo del regadío esencial para la agricultura hasta el punto de que fue el motor de una importante revolución agrícola en el siglo XI.
Para sacar el agua de pozos, fuentes, manantiales, o ríos se utilizaron diversos medios: la polea, el torno de mano horizontal y las ruedas elevadoras.
Para captar aguas subterráneas se utilizaron pozos y, quizás lo más conocido y relevante de las canalizaciones de agua en el mundo árabe, el famoso qanä que consiste, básicamente, en unas galerías subterráneas.
Acequia es un conducto por donde se transporta el agua para regar. Esta palabra proviene del origen árabe, estas construcciones, a pesar de ser conducciones de agua, difieren de los tradicionales canales heredados de los romanos. El uso principal es el riego del campo y la utilización de los planos y niveles del terreno para la distribución y conducción del agua, por lo que suelen distribuirse en ramales.
El desarrollo de este tipo de construcción hidráulica tuvo lugar sobre todo en la época árabe, y a lo largo de la costa mediterránea.
La alimentación del caudal de las acequias se realiza principalmente mediante azudes. En ocasiones, el sistema de captación se realiza mediante las llamadas acequias de careo.
En los ajibes el agua acumulada suele proceder de la lluvia recogida de los tejados de las casas o de las acogidas del entorno canalizadas hasta él.
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